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lunes, 29 de septiembre de 2008

19 Días y 500 Noches

Lo nuestro duró lo que duran dos peces de hielo en un wisky on the rocks, en vez de fingir, o, estrellarme una copa de celos, le dio por reír.
De pronto me vi, como un perro de nadie, ladrando, a las puertas del cielo.
Me dejó un neceser con agravios, la miel en los labios y escarcha en el pelo.
Tenían razón mis amantes en eso de que, antes, el malo era yo, con una excepción: esta vez, yo quería quererla querer y ella no.
Así que se fue, me dejó el corazón en los huesos y yo de rodillas.
Desde el taxi, y, haciendo un exceso, me tiró dos besos... uno por mejilla.
Y regresé a la maldición del cajón sin su ropa, a la perdición de los bares de copas, a las cenicientas de saldo y esquina, y, por esas ventas del fino Laina, pagando las cuentas de gente sin alma que pierde la calma con la cocaína, volviéndome loco, derrochando la bolsa y la vida
la fui, poco a poco, dando por perdida.
Y eso que yo, paro no agobiar con flores a María, para no asediarla con mi antología de sábanas frías y alcobas vacías, para no comprarla con bisutería, ni ser el fantoche que va, en romería, con la cofradía del Santo Reproche, tanto la quería, que, tardé, en aprender a olvidarla, diecinueve días y quinientas noches.
Dijo hola y adiós, y, el portazo, sonó como un signo de interrogación, sospecho que, así, se vengaba, a través del olvido, Cupido de mi.
No pido perdón, ¿para qué? si me va a perdonar porque ya no le importa... siempre tuvo la rente muy alta, la lengua muy larga y la falda muy corta.
Me abandonó, como se abandonan los zapatos viejos, destrozó el cristal de mis gafas de lejos, sacó el espejo su vivo retrato, y, fui, tan torero, por los callejones del juego y el vino, que, ayer, el portero, me echó del casino de Torrelodones.
Qué pena tan grande, negaría el Santo Sacramento, en el mismo momento que ella me lo mande.

Con Un Poco de Imaginación

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No soy un fulano con la lágrima fácil de esos que se quejan sólo por vicio,
si la vida se deja yo la meto mano, si no, aun me excita mi oficio.
Y como además sale gratis soñar y no creo en la reencarnación,
con un poco de imaginación partiré de viaje enseguida
a vivir otras vidas, a probarme otros nombres,
a colarme en el traje y la piel de todos los tipos que nunca seré.

6 Días

Esta Noche Contigo

Que no arranquen los coches, que se detengan todas las factorías, que la ciudad se llene de largas noches y calles frías.

Que se enciendan las velas, que se cierren los teatros y los hoteles, que se queden dormidos los centinelas en los cuarteles.

Que se mojen las balas, que se borren las fotos de las revistas, que se coman a besos a las colegialas a los artistas.

Que se toque la gente, que no lleguen los trenes a la frontera, que sean cariñosas con los clientes las camareras.

Porque voy a salir esta noche contigo se quedarán sin beatas las catedrales y seremos dos gatos al abrigo de los portales.

Que se enfaden las flores, que vuelven las cigüeñas al calendario, que sufran por amores los dictadores y los notarios.

Que se muera el olvido, que se escondan las llaves de los juzgados, que se acuerde Cupido de los maridos abandonados.

Cuando llegue por fin mi mensaje a tus manos, en la gasolinera vieja esperaré; y tomaremos juntos al abordaje la carretera que te conté.

Dejaremos colgada la caprichosa luna sobre los cines y las estatuas públicas derribadas en los jardines-

(Joaquin Sabina)

No hay plazo que no llegue, ni deuda que no se pague:

Donde todos piensan igual, nadie piensa mucho.

Estado actual

No tenía miedo a las dificultades: lo que la asustaba era la obligación de tener que escoger un camino, y escoger un camino significaba abandonar otros.


'Las decepciones no matan, y las esperanzas hacen vivir'.
(George Sand )

Seguro personal

Uno nunca sabe lo que va a suceder. Y es hermoso que uno nunca lo sepa. Si fuera predecible, no valdría la pena vivir la vida. Si todo fuera como te gustaría que fuese y si todo fuera una certeza, no serías un hombre, serías una máquina. Sólo existen certezas y seguridades para las máquinas.

Fijate

Cuando veas a un gigante, examina antes la posición del sol, no vaya a ser la sombra de un enano.
(Fiedrich L. Freiherr Von Hardenberg)

domingo, 28 de septiembre de 2008

Capitán de Calle

Y por llamarle tanto pan al pan y al vino vino, la gente bien pensaba mal y decían por la acera del casino, que si tal que si cual; pero a él le daba igual.

Porque gritaba cuando había que callar le llamaban todos “aguafiestas”, dormía todo lo que había que soñar sin perdonar una siesta.

Y, aunque nadie daba un duro por él se volcaba tanto en los detalles que sin llegar a nada llegó a ser el capitán de su calle.

Pero en el barrio había un general que para colmo lo vió salir de noche a probar a buscarle tres patas a las gatas y dos peras al olmo para merendar.

Porque sabía que la verdad desnuda guarda oculta detrás de la corteza el hueso de cereza
de una duda.

Y se reía con la melancolía que le da la razón a la tristeza cuando los labios pierden la cabeza.

Porque no sabía vivir sin besar le llamaban todos “picha brava” pero él besaba para recuperar
los besos que le faltaban.

Y, aunque la muerte le aterraba pensó que si la pálida dama llegaba no desperdiciaría la ocasión de ver qué tal besaba.

(Joaquin Sabina)

Es verdad que..

Cuando un dedo apunta al cielo, el tonto mira el dedo.
(Amélie)

Real

En la vida real, el que no se rinde es todo un valiente.
(Paul MCCartney)

Contigo

Yo no quiero un amor civilizado, con recibos y escena del sofá; yo no quiero que viajes al pasado y vuelvas del mercado con ganas de llorar.

Yo no quiero vecínas con pucheros; yo no quiero sembrar ni compartir; yo no quiero catorce de febrero ni cumpleaños feliz.

Yo no quiero cargar con tus maletas; yo no quiero que elijas mi champú; yo no quiero mudarme de planeta, cortarme la coleta, brindar a tu salud.

Yo no quiero domingos por la tarde; yo no quiero columpio en el jardin; lo que yo quiero, corazón cobarde, es que mueras por mí.

Y morirme contigo si te matas, y matarme contigo si te mueres, porque el amor cuando no muere mata; porque amores que matan nunca mueren.

Yo no quiero juntar para mañana, no me pidas llegar a fin de mes; yo no quiero comerme una manzana dos veces por semana sin ganas de comer.

Yo no quiero calor de invernadero; yo no quiero besar tu cicatriz; yo no quiero París con aguacero ni Venecia sin tí.

No me esperes a las doce en el juzgado; no me digas “volvamos a empezar”; yo no quiero ni libre ni ocupado, ni carne ni pescado, ni orgullo ni piedad.

Yo no quiero saber por qué lo hiciste; yo no quiero contigo ni sin ti; lo que yo quiero, muchacha de ojos tristes, es que mueras por mí.

Y morirme contigo si te matas, y matarme contigo si te mueres. porque el amor cuando no muere mata; porque amores que matan nunca mueren.

(Joaquin Sabina)

sábado, 27 de septiembre de 2008

Amén

A ver, dígame Mendieta, ¿qué tiene que ver la luna con los amigos?,
No sé Don Inodoro, pero Usted tiene tantos amigos que viven en la luna...
(Fontanarrosa)

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Amo a la humanidad, lo que me revienta es la gente.
(Susanita, amiga de Mafalda.)

Algo que existía.

Hoy estoy aprendiendo a recorrer el camino de las “pérdidas”, estoy aprendiendo a sanar heridas, esas que se producen cuando algo cambia, cuando una situación nos cambia el rumbo…. Y con frecuencia esto sucede sin previo aviso, así: De golpe. Y ahí es donde quedamos atrapados en la tristeza, y la tristeza es nefasta y tremendamente dolorosa y dañina. Siempre hay un dolor profundo cuando se tiene que dejar atrás algo que era nuestro, algo que existía, que era real… y ahí viene el duelo, pero no se los puede saltar y los duelos duelen! También te sobreviene el miedo, porque sabes que tienes que entrar a otro lugar donde no hay nada más que lo que hay; la realidad, el pasado ya no está, pasó.